“Qué mal lo está pasando la Hostelería”, comenta un amigo en sus redes sociales. ¡Qué mal lo está pasando la Hostelería! Pero usted, lectora o lector que ha encontrado estas palabras por casualidad, ¿se ha parado a pensar quiénes somos la Hotelería? Porque asociamos de inmediato la idea de nuestros bares, restaurantes, cafeterías, pubs… asociamos de inmediato cuando nos referimos a la Hostelería, todo lo que ocurre detrás de lo que entendemos como “una barra de bar”. Permítame la reflexión. Trataré de ser breve. Es necesario que reflexionemos sobre la frase. Porque la Hostelería es algo más.
La Hostelería es también el carnicero que prepara sus carnes; el pescadero que limpia sus pescados; el panadero que amasa de madrugada con su horario cambiado para llegar temprano a su desayuno. El distribuidor de bebidas que organiza sus turnos de reparto el día anterior; el fabricante de embutidos que corta la “careta” o vende sus jamones. El que surte de frutas y verduras; el que suministra el café… La Hostelería son las personas que se ocupan de la limpieza antes de la hora de apertura. O tras la hora de cierre.
Y algo más. Son los albañiles que modifican un tabique; los fontaneros que arreglan una avería o realizan una instalación; los pintores que remozan un local. La Hostelería es la ferretería donde comprar unos apliques; los carpinteros que lijan y barnizan una barra; los electricistas que cablean unos focos de luz; el cristalero que cambia unas ventanas… ¿Va entendiendo lo que es la Hostelería? Pues, síganme… que acabo enseguida.
La Hostelería es esa tienda de enfrente donde se compran unas camisas. Y la zapatería contigua, donde se calza a los niños. Y el taller del polígono, donde se lleva el coche para arreglar una avería. Y la tienda de flores, donde uno acude para poner unas rosas frescas en su local. Y la agencia de viajes, donde uno alquila un apartamento para descansar unos días. La Hostelería es el cine donde uno acude a olvidarse por minutos de los problemas que le agobiaron en la semana o el teatro, donde uno busca “cosas diferentes” a las de subir una persiana a las siete de la mañana y bajarla a las doce de la noche. Son los músicos que amenizan en un local y el equipo de sonido que trabaja sin descanso para que todo funcione. Para que usted y los suyos lo pasen bien.
Por ser, la Hostelería es la voz de los “buenos días” que terminan por despertarnos del todo. O las personas con las que compartir una reflexión. Es el espacio donde mantener una charla con un amigo o tal vez el sitio donde te citas con una persona para arreglar el mundo. Llega a ser la Hostelería el lugar perfecto para escribir unas notas en el reverso de una servilleta mientras tomas un café o leer un libro a hurtadillas.
Pues sí, la Hostelería es todo un puñado de ilusiones de tanta y tanta gente que viven en su interior y ven el mundo detrás de una barra o al lado de una mesa: procurando que sonrías; procurándote momentos de bienestar, de felicidad, de tranquilidad, de disfrute con su oferta que cuidan con mimo para que vuelvas pasado mañana. Entiéndame usted, que ha llegado con su lectura hasta aquí: LA HOSTELERÍA SOMOS TODOS. Porque todos estamos ligados de una u otra manera a cuanto ocurre en un bar, en un restaurante, en una cafetería, en un pub…
Quizá mañana, cuando pase usted por una persiana bajada o por una terraza recogida, entienda que algo suyo le han hurtado. Tal vez en ese momento entienda, del todo, lo que es la Hostelería en este país.
(El Ministerio de Sanidad indicó, el día 30 de octubre, que menos del 1% de los contagios por COVID 19, tiene su origen en la Hosteleria).